Hace rato tengo este post entre mis dedos, hilando e hilando, sin saber realmente qué escribir o cuál es el mensaje, pero segura de que eventualmente terminará publicado.
Recientemente he tenido mucho tiempo para pensar, y es tal vez por eso que vuelvo a escribir. Demasiado tiempo, pensaría yo, pero de vez en cuando viene bien dormir (y pensar).
Poco a poco voy llegando a conclusiones, la verdad es que no sé ni cómo llego a ellas, pero llegan así como pequeñas epifanías en mi día a día, and they hit me just like that. La más reciente de ellas, o por lo menos a la que le he venido dando vueltas más recientemente y la mayoría del tiempo, es que el problema -si es que hay un problema- no es la gente, ni son las cosas, ni es la vida; soy yo.
Y soy yo porque en algún momento lo dije, la única constante entre todos los cambios, ires y venires, ha sido mi peculiar y un tanto agreste manera de ver la vida y tratar a las personas. No quiere decir que esté mal, tampoco que esté bien, sólo que me voy dando cuenta de cosas que son realmente evidentes.
El problema soy yo. There, I said it. Y a veces quiero arreglarme, y a veces digo que para qué, si me tomó tanto tiempo llegar a ser "problema". Y no sé si estoy usando la palabra adecuada pero qué más da.
Este post es nada más para que lo tengan presente para otros (no muy polites ni bonitos) que tengo pensado sacar de mi cabeza. El problema soy yo. El problema es la forma en la que veo las cosas, en las que quiero que todo pase, en las que quisiera que el mundo se pareciera -o no- a mí.
El problema soy yo y mi mente twisted (tómenlo como quieran), mi corazón compartimentado (if that's even a word), y mi manera práctica pero un toque hearless de ver/hacer las cosas. El problema es mío, siempre ha sido mío, desde muy muy pequeña.
Esto trasciende mucho más de lo que voy a decir, algo que a veces me hace pensar si debería ir a hablar con alguien que haya estudiado lo que yo estudié, a ver si de verdad la vaina loca es solamente mía o es más normal de lo que quiero ver o de lo que me han hecho sentir.
Pero bueh. Los otros posts que vienen, a manera de preámbulo, son mi manera de ver y sentir las cosas. En ningún momento van a ser críticas a personas con nombre y apellido, o dirigidos en contra de alguien en particular, ni tienen intención alguna de generar "conciencia", "cambios", o whatever, sino que existirán por el sólo hecho de sacármelos de la cabeza, y de que, tal vez, un día, cuando esté del otro lado de la moneda, pueda venir a re-leer y darme cuenta si el problema sigo siendo yo.
Mientras tanto, sigo callada, pensando y pensando (demasiado tiempo, demasiado) en que el problema soy yo.
Y ya verán por qué.
Archive for 2018
posted by Athenea
posted by Athenea
Y es en este espacio olvidado cuando me doy cuenta que ha pasado el tiempo más rápido de lo que lo puedo percibir.
En estos 3 años ha pasado de todo: me casé, he conocido un montón de sitios nuevos y viajado un montón, he perdido un montón de familiares por el cáncer, se casó mi hermanito y se fue a vivir a otro país, me echaron (ajá) de donde estaba trabajando hacía casi 6 años, compré apartamento, adopté (y me tocó devolver) una perrita, y bueno, mil cosas más.
3 años después (o casi), siguen vigentes este post y este otro. Y por alguna extraña razón, en vez de "mejorar" con el tiempo, voy como echando para atrás. Cada vez es más seguido que prefiero quedarme callada, perder el tiempo en el celular haciendo pendejadas, o simplemente mirar lejos y sonreír chiquito que entablar una conversación con alguien. No importa quién, no importa de qué, aparentemente todo lo que tengo por decir de-lo-que-sea siempre resulta siendo ofensivo, impositivo, grosero o malintencionado.
Así que casi 3 años después y muchos cambios buenos y malos después, me acordé de que tengo esto aquí, medio abandonado (o abandonado y medio, mejor), y que como cada vez hablo menos y pienso más y un día de estos voy a amanecer medio loca de tanta pensadera y pendejada interna, voy a volver a escribir. Muchas veces he empezado, escrito un montón y hecho click en el botón de Discard pensando en mil maricadas varias, como por ejemplo qué pasa si me leen. Muchas veces, demasiadas veces, suficientes veces, qué más da.
No sé de qué, no sé cuándo, no sé si sea en 3 años más, pero seguiré escribiendo. Haré catarsis, cada cual leerá mis letras poniéndole un acento y un tono a su gusto y sabrá si se ofende o no, y yo lo sacaré de mi sistema. Es que aunque mi vida esté bien y vaya bien, el silencio no siempre es tan bueno.
Tengo muchos sueños (literalmente sueños) que pueden ser buenos plots para series o pelis, y también tengo muchos rollos que pueden servir de inspiración para algún psicólogo clínico. No dejaré olvidada la lección de hace muchos años, la basura siempre es mejor sacarla.
No sé si alguien me lee o me leerá, y sinceramente, no me importa. Es más, ojalá que nadie lo haga. Ojalá sea algo que encuentren dentro de muchos años, después que muera, y sea algo como "Oh, mira, ella tenía este espacio intermitente en el que se dejaba ver a veces"; y no algo como "Ah, mira lo que dice esta vieja aquí, deja que la vea..."
Seguiré escribiendo. Pero mientras tanto, vivan sus vidas, que no sé cuándo volveré.