Desechable


posted by Athenea

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Divorcios.
Cambios de trabajo constantes.
Desánimo.
Suicidios.
Abortos.
Infidelidades.
Depresión.
Desesperanza.

Vivimos en un mundo que sin ser desechable, se volvió desechable.  Nos hizo volvernos desechables a nosotros mismos, los que nos inventamos el término y los que terminamos sufriendo por la sensación.

Nosotros mismos nos impusimos la necesidad imperativa de buscar con frenesí siempre algo nuevo, alguien diferente, un lugar distinto, una experiencia que se salga de lo que siempre hemos tenido.  En aras de alimentar nuestra "vivencia", nuestro paso por este mundo, nuestro "mañana no es seguro", vamos por la vida desechando el tiempo, las experiencias, los aprendizajes, los corazones y en últimas, desechándonos a nosotros mismos.

Vivimos en una época en la que tenemos más de lo que nunca la humanidad había tenido.  Todo es vertiginoso, rápido, cambiante.  Lo único constante es que nada permanece, que todo cambia sin necesidad, que todo es obsoleto incluso antes de estar finalizado.

Vivimos en una era en la que tenemos todo a la mano, en la que la pereza mental, física, emocional y hasta espiritual nos ha llenado a tal punto que nos hemos vuelto seres pesados, cargados, llenos de un vacío que nos obliga a movernos rápido, a estar pendientes de cosas que nosotros mismos inventamos, a temerle a invisibles, a adelantarnos a inexistentes.

Una época en la que vivimos más juntos, en menos espacio; pero somos más desconocidos.  En la que contamos con miles de herramientas para comunicarnos al instante, y aún así somos incapaces de descifrar miradas.  En un mundo en el que por obligación nos vemos todos los días, nos hablamos todos los días.... y no tenemos ni idea ni siquiera de quiénes somos nosotros mismos, ahora vamos a conocer a los demás.

Un mundo en el que todo es desechable.  En el que el esfuerzo invertido en hacer algo, llevar algo a cabo es desechable; porque al breve tiempo el frenesí con el que viaja el mundo nos obliga a volver a iniciar otra cosa.  A volver a empezar en un trabajo distinto, en una escuela distinta, en una ciudad distinta, con una persona distinta.

Atrás quedaron los días en los que la humanidad disfrutaba de las cosas que tenía, y de las cosas y personas realmente importantes.  En búsqueda de la novedad, desperdiciamos el tiempo como si tuviéramos más vidas por vivir.

Pasamos todas las horas de sol trabajando para alguien más, bien sean ellos nuestros clientes o nuestros jefes.  Pasamos todas las horas de sol intentando acumular riquezas, experiencias, conocimientos; pero nunca vivencias.  Es una pérdida de tiempo jugar con los niños, ver el atardecer, componer una canción o simplemente caminar por allí.  Sentarse a hablar con alguien mirándole a los ojos ya no vale... porque esa persona puede que no esté allí en unos pocos días.

Desechables, al punto en que decidimos dejar de existir los unos para los otros.  Desechables, reemplazables, prescindibles.  Un mundo del que creemos que podemos sacar todo lo que podamos tomar, como si tuviéramos otro.  Gastándonos el tiempo como si tuviéramos más en ese relojito en nuestra muñeca.  Invirtiendo en no invertir.

Desechable es el amor, aquella promesa y aquel sentimiento profundo hacia otra persona, hacia la familia, hacia los animales y la vida.  Ya llegará alguien más, hay muchos peces en el mar, ya pasará todo, porque nunca hay nada definitivo.  Decir "te amo" es como decir "hola", todo el mundo lo dice pero nadie realmente sabe qué es lo que quiere decir.  Dedicar tiempo, esfuerzo, ponerle ganas y dedicación es algo que hacen personas "ridículas", personas que están "out", porque la moda es tener sexo de una noche y cada noche con una persona diferente, faltándonos el respeto mutuamente, degradándonos al nivel de los animales, creyendo que por ser "libres" y no "atarnos" a nadie somos más y mejores.

Desechable es la vida, don precioso y maravilloso que mucha gente se priva de disfrutar.  Suicidios, homicidios, todo es efímero, nada vale la pena.  El esfuerzo no rinde frutos, el trabajo no da satisfacción, la familia es un dolor de cabeza, los hijos son un problema.  Caminar es un fastidio, bañarse en la lluvia es peligroso, vivir es una molestia.

Desechable el mundo en el que vivimos.  Desechables nosotros, que en poco tiempo estaremos obsoletos, una obsolencia programada por la misma sociedad, cada vez en menos tiempo, como los equipos de alta tecnología.  Desechados por nosotros mismos, desechados por nuestros propios pensamientos, por nuestros propios sentimientos.

No es que seamos desechables.  Es que nosotros mismos queremos serlo, afanados en "ser mejores", en "crecer", en "evolucionar".  Todos términos mal utilizados al referirse a tantas cosas... a tantas cosas que en ocasiones es mejor que permanezcan intactas, inmunes a fantasmas necios y desenfrenados que nosotros mismos decidimos crear.

No somos desechables.  Nos convencimos de serlo. Y por ende, lo somos.

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