El lunes 28 de marzo se me acabó la maricada. Bien entrada la noche, como cuando las cosas se acaban con el marcar del reloj astronómico. Así.
No sé si ya lo había comentado o no porque todo se me olvida; pero desde el martes 29 de marzo he sido quien era yo antes.
¿Antes de qué? Antes no sé cuándo. Antes, digamos, en el 2005, cuando estaba divina físicamente, tenía un millón de amigos y todo en la vida marchaba sobre ruedas.
Antes, digamos, a inicios del 2009, cuando estaba divina físicamente, tenía un millón de amigos y las cosas empezaban a cambiar y a enrutarse hacia otras cosas.
Denominador común: soltería.
Y llevo casi dos meses sola; pero realmente dos semanas soltera, porque la soltería es como una actitud o una forma de ver la vida. Antes me habían dejado sola, ahora lo acepto, lo afronto y ya no estoy sola sino soltera.
Llevo dos semanas contenta, divirtiéndome, escuchando música alegre aunque esté sola, disfrutando de la vida y haciendo muchas cosas que hace rato no hacía.
Y han sido las dos mejores semanas del año.
Y así quiero que sigan todas toditas las que vienen aún.
No vuelvo a forzar las cosas... yo creo que estoy hecha para vivir tranquila, eso he aprendido en estos días.
