Archive for 2011

Grinch


posted by Athenea

No comments

Ya lo había dicho antes, soy grinch. Y qué.

Pero miren, esta fue la portería de mi casa el 7 de Diciembre, el día de las Velitas en Colombia:


Y este, un parquecito en una zona residencial no-tan-cerca-pero-aún-así-cerca-de-casa:


Las luces del arbolito se prendían en forma ascendente, y la estructura del lado derecho simulaba la explosión de los fuegos artificiales:



Así:


Y, además, el parquecito tenía otros decorados, miren qué belleza:



Bonito, ¿cierto?

Y además, de camino de vuelta a casa, miren:


En ese ambiente, me animé a hacer unos detallitos de navidad para mis compañeritos de maestría.  Haciendo gala de mi creatividad, yo, la más grinch de todas, me conseguí lo siguiente:

- Botas de navidad (Papá Noel, Reno, Muñeco de Nieve)
- Guirnalda de muñequitos de navidad (Papá Noel, Muñeco de Nieve)
- Papel celofán decorado de navidad
- Moños de navidad
- Cinta gruesa roja y verde
- Bastones de dulce
- Gomitas, galletas y demás dulces navideños
- Papel picado de colores

Y metí los dulces en la botica, le agregué un muñequito a juego, lo envolví en papel celofán, le ricé las cintas, le puse su moño y miren: estos fueron mis aguinaldos para mis compañeritos de clase:





Divinos, ¿cierto?

Menos mal soy grinch.

I mean it.

Pd: todas las fotos son mías.


Pd2: FELIZ NAVIDAD!!

Zapatos Biodegradables


posted by Athenea

2 comments

O el día en que se me deshicieron los zapatos.

Primera vez en mi historia que se me deshacen, literalmente deshechos, un par de zapatos.  O bueno, técnicamente fue UN zapato solito, pero a ver qué hace uno con un zapato bueno y el otro malo.

Empezaré por el principio.

Tenía viaje por el proyecto que estamos entregando hacia otra ciudad.  Nos íbamos a encontrar con muchas personas que habían hecho parte del proyecto, eran varias reuniones de socialización.  Todos jefes de división, jefes de departamento.

Me vestí totalmente de blanco. Me puse mis zapatotas blancas, esas plataformas divinas y enormes que solamente me había puesto dos o tres veces.  Caminé por toda la casa antes de irme, bajé y me subí al carro que nos llevaría.  Llegamos a donde íbamos unas cuantas horas después, y mis compañeros de viaje notaron mi "exceso de altura".  Les mostré mis zapatos, orgullosa, divinos, en perfecto estado.

Esperamos de pie en la puerta de la compañía a que nos hicieran registro, mientras hablábamos de mis zapatos.  Pasamos la puerta de seguridad y caminamos unos qué se yo... veinte metros, tal vez.

Pisé grama, pisé un charquito con lodo, pisé de nuevo el cemento.  Cuando pisé, sentí un vacío.  Se me hizo raro, pero di dos pasos más.  Sentí un vacío más grande, como si estuviera caminando sobre almohadas con el pie izquierdo, y sobre mi zapato, con el pie derecho.

Me detuve.

Venía un empleado de la planta y me dijo "Sí, se te partió el zapato".

Wait. A. Minute.
WHAAAAAAAAAT?????

Alcé tímidamente mi piececito, y miré la plataforma.
Partida en tres.
El tacón (la parte de atrás de la plataforma) deshaciéndose.

Wait. A. Minute.

Aún no había llegado a la puerta de las oficinas.
¿Cómo iba a llegar?

Di dos pasos más.
Quedaban tras de mi rastros de la plataforma. Cada vez más grandes.

Me detuve de nuevo, me reí casi histéricamente.
Obviamente, los que iban conmigo se dieron cuenta de lo que estaba pasando desde que el empleado aquel dijo "Sí, se te partió el zapato".

Muertos todos de la risa, me miraban caminar como quien pisa sobre cáscaras de huevo, y miraban el rastro que iba dejando mi zapatito, el pobre que creía que estaba en el cuento de Hansel y Gretel.

Qué vergüenza.
Qué risa.

No tenía más sino seguir caminando.
Caminaba len-ta-men-te.
Un paso. Me detenía. Otro paso. Me detenía.
Y así, hasta que llegué a la recepción.

Saludé de lejos, y me dirigí rápidamente (a riesgo de quedar con un pie en el aire y el otro en el suelo) hacia la sala de juntas.
La sala de juntas.
Paredes de vidrio.
El zapato partido.

¿Ya ven cómo quedó? Y esto sólo el principio.  Del tacón partido no quedó NADA. ¡¡NA-DA!!


Qué vergüenza.
Qué risa.

El personal de la compañía me preguntó que por qué no salía a saludar, les dije que tenía un incidente con los zapatos.

¿Qué iba a hacer?
¿De dónde sacaba un par de zapatos nuevos?

Llega la asistente y me dice que las reuniones no son en esa sala, sino en Almacén, que está unos cuantos cincuenta metros más allá, dos pisos más arriba.

Wait. A. Minute.

Muertas de la risa las dos, me ofrece unas botas de esas que usan los empleados en producción.  Me preguntó mi talla y me las trajo.
Me consiguió unas medias cualquier cuatro tallas más grandes, y su talón me quedaba casi a media pierna.

Con las medias arrugadas y súper estiradas, me puse las botas y fui a saludar.

Pasé de mis hermosos zapatos a estas botas café.  Menos mal tenía un pantalón algo ancho que cubría la base.  ¡Di-vi-na! ;)


Trajeron al carpintero de la compañía, vio los zapatos y dijo "Eso mejor bótenlo a la basura"

¡¡¡Qué risa!!!

Pedí una bolsa, y se llevaron las sandalias.  A partir de ese momento andaba "corporativa" y embotada (en botas, sí, yo sé que probablemente así no se diga, no me importa).

Divina yo, toda de blanco y las botas.

Me escabullí un ratito al baño (¿dónde más encuentra uno un espejo en una oficina?) y me tomé la foto. Heme ahí, embotada. 


Salíamos a caminar, a almorzar, a la sala de reuniones y todo el mundo me miraba, llegaba hasta las botas, subía de nuevo la mirada y se reía. Y yo me reía con ellos de vuelta ;)

De vuelta a casa, los zapatos seguían siendo tema de conversación.  Íbamos todos en el carro riéndonos de cómo se habían deshecho los zapatos, como cuando aplastas una galleta y te quedan solamente las migas.  Así.

Dos días después el resto de mis compañeros volvieron a la empresa.  Uno de ellos me escribió un mail contándome que en la sala de juntas aún había restos de mis zapatos en el suelo..... ¡¡¡que en esa empresa al parecer barrían día de por medio!!!

Y esa es la historia del día que supe lo que es un zapato biodegradable.
La historia del día en que se me deshizo el zapato.

Qué vergüenza.
Qué risa.

That's just me.

Diciembre


posted by Athenea

No comments

Soy grinch. La más grinch de todas. ¿Y qué?

Pero, he de confesar que me gusta diciembre.

No me gusta diciembre por las enormes filas que hay en todas partes para comprar.
No me gusta diciembre porque la gente se pone como tonta y se demora más de lo normal en TODO.
No me gusta diciembre porque todo lleva un precio, todo lleva un precio además inflado.
No me gusta diciembre porque son villancicos lo único que se escucha. Repetidamente. Los mismos.
No me gusta diciembre porque ponen arbolitos de navidad desde octubre.
No me gusta diciembre porque ponen bolas de nieve, hombres de nieve, muñecos de nieve, cuando el 99% de la gente de aquí no conoce la nieve.
No me gusta diciembre porque el tráfico es imposible.
No me gusta diciembre porque todo se agota, y es carísimo, y está llenísimo.
No me gusta diciembre porque lo importante de las fiestas son los regalos.
No me gusta diciembre porque no se celebra nada, sino la comida y los regalos.
No me gusta diciembre porque la gente mide el afecto según lo que costó el regalo que dio o el que recibe.

Pero:

Me gusta diciembre. Por una sola cosa:

Me gusta el cielo decembrino, la brisa suave y fresca que se siente por todas partes, el sol decembrino que hace (solamente el que ha vivido aquí toda su vida nota la diferencia), y que la ciudad (climáticamente hablando) es mucho más agradable.

El sol es más suave, la brisa es más delicada, el clima está fresquito, el azul del cielo es más azul, el blanco de las nubes es más blanco.
Por eso me gusta diciembre.

Por esto:



Cuentos Cortos


posted by Athenea

No comments

Le acabo de abrir nueva página al blog: Cuentos Cortos.

En ella intentaré escribir con relativa frecuencia esos pequeños cuentos que se me ocurren de vez en cuando y de cuando en vez.... como para dejarlos plasmados en alguna parte.

Espero les gusten....
Escribiré aquí cada que haya un nuevo cuento para leer =)

Writing down my mind


posted by Athenea

No comments


Jueves, 17 de noviembre de 2011
10.37 p.m.

En pijama, mirando lejos, habiendo pasado todo el día viendo series en internet y con la red del celular dañada. Pues para lo que importa, porque además de mi mejor amigo y mis papás, nadie me llama. Ni me escribe.  Escriben los del grupo de la familia y los de la maestría, fregando todo el día por tonterías.

26 años. A casi mitad de mi maestría, ya casi se acaba el primer semestre de la misma.  Aún no sé si me vaya a valer por 60 créditos o sólo 30 más los 30 de la especialización, pero what the hell… a mí lo que me interesa realmente es el título, y ese lo voy a tener a final de cuentas. Right?

¿Y yo?

¿Qué quiero yo, qué busco?

Estoy en las mismas de hace mucho tiempo.

Sin empleo fijo, sin dinero en la cuenta, debiendo además los millones de la maestría que me prestó mi papá.  Apenas ahorita voy a recibir la segunda parte del dinero y pagaré una parte. ¿Y el resto qué?
Para cuando los tenga.  Que así como vamos puede no ser jamás.

Me la paso todo el día haciendo nada, mirando lejos, viendo series por internet, esperando a hablar con mi mejor amigo. Y ya.

De vez en cuando hago alguna vuelta en algún banco, recibo alguna llamada de algún proceso de selección que tiene tan buena pinta como mis ex novios y que igual que ellos, no terminan en nada ni me llevan a ninguna parte.

Sinceramente, estoy aburrida.

A b u r r i d a

De lo mismo, de estar aquí, de no hacer nada.  De intentar rasguñar la superficie de la vida y no obtener nada a cambio. Aburrida de creer y creer y creer en la gente, en las cosas, en la existencia y aún así seguir en las mismas, igual, obteniendo lo mismo, sin cambiar nada.

Cuando estaba sin empleo y soltera –as I am now- pensaba que sería feliz cuando tuviera alguna de las dos cosas.  Luego tuve trabajo y aprendí mucho pero me aburrí pronto.  Luego tuve novio y aprendí mucho y me aburrí enseguida.  Pero ambos los mantuve, al novio más que al trabajo, y ambos me dejaron con un mal sabor de boca.

Ahora estoy de nuevo igual, y lo único que más o menos me mantiene de decir que este año ha sido un desperdicio de tiempo y de vida, como los dos anteriores a este, es la maestría.  La maestría. Y el tiempo se está pasando demasiado rápido, y no estoy haciendo amigos lo suficientemente rápido, y la verdad es que quiero hacer algo al respecto pero no sé ni qué, ni cómo ni por qué.  A veces ni ganas me dan.

He intentado un par de veces el salir, enfrentar la vida con otra cara, con una sonrisa, con otra actitud, siendo más “positiva”.  Qué se yo, vainas así.  Pero no.  Nada cambia, todo sigue igual, es lo mismo siempre. Las mismas cosas, la misma gente, el mismo sitio. Todo.

¿Qué quiero?

Quiero un trabajo estable. Pero uno en el que me paguen realmente bien, en el que pueda viajar, conocer gente interesante, hacer algo divertido, que sea un reto para mí, en donde sea reconocida por mi trabajo, en donde pueda ascender, en donde lo que haga tenga trascendencia y no sea un mero trabajo mecánico que cualquier otro imbécil sobre el universo pudiese hacer, y que igual no pasa nada si no se hace.

Quiero mi pareja. No quiero un novio que se vaya al tanto tiempo, que me reemplace o me deje por otra, que me compare, que me cambie.  Quiero alguien con quien por fin me entienda, con quien no tenga necesidad de dejar de ser yo misma, que me quiera por lo linda que soy y por lo mierda que puedo llegar a ser.  Que me festeje la vida y que me llore mis tristezas, que me apoye en mis flaquezas aunque no lo deje y que me haga porras.  Que no me haga ponerme una máscara, que no me haga encerrarme, que se pasee por mi castillo como el rey que quiero que sea.  Quiero que se case conmigo, que no me deje, que me acompañe, que camine a mi lado, que me tenga fe, que me impulse, que me anime, que sea el padre de mis hijos, que ore conmigo, que baile, que no me deje.  Que si me va a dejar ni se moleste en mirarme. Que no me joda la vida ni me haga perder más tiempo del que me sobra, pero del que ya no tengo casi.

Quiero mi casa. Mi casa física mía, para mí, en donde yo pueda ser yo, tirarme en el balcón o en la terraza o en la azotea a mirar lejos, a ver las estrellas, a hablar con Dios y hacerle preguntas tontas de esas que suelo hacer.  Quiero que nadie me moleste, que no tenga que pedir permiso, que la vida me deje ser.

Quiero mi espacio, quiero mi vida, quiero sentir que sirvo para algo, que no soy solamente un alma más en un mundo de más de 7 billones de almas. Quiero sentir que valgo la pena, que tengo un propósito, que no soy solamente una más del montón.  Que mi vida tenga un sentido, que no sea sólo trabajar y hacer lo que la sociedad dicte, sino que tenga trascendencia.

Esa es la palabra: trascendencia.

Trascender, no solamente para los que uno suele trascender en el mundo (familia), sino trascender para cosas más grandes, para más personas, para algo más alto, más profundo, más amplio.

Trascender más allá de lo que soy ahora, aprovechar todo el potencial que sé que hay en mí pero que no veo y en el que a duras penas creo, y hacer algo bueno y positivo para y por algo más grande que yo. Eso es lo que quiero.

Ser alguien en la vida, pero no alguien típico, con plata y carros y casas y cosas. Pues sí, pero con algo, con mucho más.  Quiero ser alguien importante, pero no importante con fama y reconocimiento, sino importante de verdad.  Importante de que importa, no de que es famoso por un ratito. Importante de que aporta.

Aportante.

Quiero ser más de lo que he sido, más de lo que soy, y más de lo que seguramente seré.  Quiero llegar lejos, pero no lejos físicamente o en distancias en kilómetros. Bueno, sí, quiero viajar y recorrer y conocer el mundo; pero quiero llegar lejos.  Lejos como aquel que llega profundo en muchos corazones, que deja una huella y que hace una diferencia.  Lejos como quien raises the bar, como quien places a higher standard, como quien hace que algo suceda, algo sencillo, algo mágico, algo lindo. Lejos como eso.

Quiero volar. No como quien se tira de paracaídas, bueno eso también, sino como quien abre sus alas y abarca mucha distancia en un corto trayecto.  Como quien puede llegar a donde nadie más ha llegado, a donde nadie más ha ido, o a donde es difícil llegar.

Quiero aportar, ser alguien, tener significado, que mi vida tenga un sentido y que no sea la típica vida normal, la de las otras 7 billones de personas.  Quiero que mi vida tenga valor, que no sea solamente importante para mis papás, mis hermanos, mi familia extendida y mis mejores amigos. No.

Quiero ser más. Más que mí misma.  Dejar huella, sentar un precedente.

No sé cómo. No sé ni si quiera qué es lo que quiero, o en qué.  No sé qué me gusta, me gustan tantas cosas que es indefinido.  No tengo un hobby, no hay nada a lo que me dedique, no tengo muchos amigos, no soy muy cercana a mi familia.  No sé qué busco ni cómo hacerlo, pero siento que en mí hay mucho para dar, demasiadas cosas encerradas y escondidas, y que hay tanta gente con quien pudiera compartirlas, pero tan pocas personas que realmente lo valorarían.

No sé qué tengo, no sé qué hay escondido, la verdad es que son pocas las veces en que me he asomado con valentía y he visto algo.  Pero hay. Hay algo ahí.
Y no tengo a quién darlo. No tengo con quién compartirlo. No tengo por qué dejarlo salir.

Muy en el fondo de mi corazón yo “sé” algunas cosas.  Sabía que mi mejor amigo se iba a casar, y se casó.  Sabía cuál era el número de una lotería, y sabía que si lo compraba yo cambiaría, y no lo compré, y cayó.  He sabido cosas por el estilo.

Y muy en el fondo, y me duele full, sé que por alguna razón en el universo nunca me he visto con nadie frente a un altar.  Es que ni sola me he visto.  Nunca me he visto casada, ni casándome, ni siquiera con los planes.  Nunca me he visto embarazada, nunca me he visto siendo mamá o esposa, nunca me he visto siendo abuela.  Siempre me he visto sola, en una casa cómoda, a oscuras, con todas las comodidades pero igual que ahora: sola. Y wasted. And I don’t mean drunk.

Por alguna razón será, no lo sé.  No es que me haya dado por vencida, no es que no crea en el amor –I kinda don’t anymore- no es que no crea que hay alguien por ahí, en medio de las 7 billones de almas, buscándome.  No es que no lo crea. No lo creo. Es que sencillamente, lo “sé”.

Es como si antes de llegar me hubieran dado un tesoro, y lo hubieran guardado tan pero tan bien, que hicieran que se me olvidara el camino.  O sencillamente, es algo que de lo valioso no merece ser encontrado. O qué sé yo.

Quiero, quiero muchas cosas.  Las mismas que quiero desde hace muchos años.  Me da rabia sentirme igual que hace tanto tiempo, con las mismas cosas, las mismas cargas, los mismos pensamientos.  Pensar que ha pasado tanto en mi vida pero que no ha pasado nada.  Que la gente ha entrado y ha salido, y se han quedado solamente algunos, y que quizá eventualmente saldrán también.  Que he hecho de todo, que tengo títulos y títulos y estoy más estudiada que el cáncer y más preparada que un yogurt pero que no sirvo para nada.  Como un yogurt vencido. Así.

Que me puedo sentar un día, abrir la cajita en donde tengo las cartas y cosas, y mirar y recordar todos los que han pasado por mi vida.  Sentirme puta, y sentirme muchas cosas, y aún así no haber sido nunca suficiente para nadie.  Mirar las cartas, las tarjetas, las maricadas, los detalles y pensar y sentir que por todos en algún momento di gracias, que todos en algún momento fueron mi gran y único y último amor, que por todos en algún momento sentí más que antes, que por todos en algún momento lloré, que a todos en algún momento los odié, y que con ninguno mantengo contacto ahora.  Personas que un día lo fueron todo, hoy son menos que nada.

¿Y qué pasó? No pasó nada. Nada. Mi vida, quien soy hoy, lo que siento, lo que pienso, igual.  Como si nunca hubieran estado, no han dejado más huella que lo que hoy tengo para recordar en la cajita.  No hicieron más, no fueron más, no, nada.  Más o menos enseñanzas, más o menos alegrías, más o menos tristezas, más o menos experiencias; pero al final no pasa nada. Nada. De nada.

Y no quiero más de eso.  No quiero otro más en la lista, no quiero seguir sintiéndome puta, no quiero seguir sintiéndome que soy demasiado buena y aún así no soy suficiente.  Que en cualquier otra situación, en el otro lado de la moneda, a mí siempre me dejaron por alguien mejor que yo, o más que yo, o más suficiente que yo, o cómo se diga.  Y que no, yo no, no soy suficiente. Para nada. Para ninguno.

Siento que estoy hecha para tanto y a la vez para nada.  No siento que encaje en lo que es la sociedad de hoy, lo que yo quiero y pienso y siento no se ve apoyado o reflejado o whatever con lo que la sociedad impone.  Quiero un trabajo porque necesito plata, no porque quiera pasarme todas mis horas de sol frente a una pantalla. Igual lo hago, sentada en mi casa viendo series por internet, pero lo hago para mí, porque quiero, porque estoy aburrida.

No quiero pasarme toda la vida siendo la empleada del servicio de un hombre y de unos niños, pero quiero una familia, quiero un esposo, quiero hijos que me llamen mamá, que me hagan llorar en las cosas de sus colegios, que me hagan sentirme orgullosa con sus logros, cuando lleguen más lejos de lo que yo llegué.

No sé qué quiero.  No sé qué tengo para dar.  Sé que quiero algo lindo, algo estable, pero algo diferente.

Sé que tengo mucho para dar, y sé que está escondido. Y sé que estoy aburrida. Y sé que no quiero seguir así.

Me siento desperdiciada.  Desperdiciando mi vida, la oportunidad de vivir.  Desperdiciando mi tiempo, desperdiciando mi batería, mi biología perfecta, mi inteligencia.  Desperdiciando lo que quién sabe cuántas almas están esperando por ser quién sabe en qué lugar, y que yo puedo ser y que no sé cómo serlo.

Debería ir a un psicólogo.  A ver si al menos duermo tranquila, porque de tanto tiempo libre no me queda tiempo para nada, ni siquiera para descansar cuando duermo.

¿Y yo?

Aquí, en las mismas, escribiendo a escondidas, pensando en si publicarlo, pensando en quién se leerá esta carreta, pensando en si dejarlo guardado por si me muero pronto, pensando en qué pensará el que alguna vez lea esto, pensando en si lo volveré a leer yo.

Igual. Como siempre. En las mismas.

That’s just me.

11.18 p.m.

Lo peorcito


posted by Athenea

No comments

Juan Pablo Raba.
Los caballeros las prefieren brutas.

-¿Es cierto que los caballeros las prefieren brutas?
Me voy a tener que volver bruta a ver si me consigo uno como Juanpi.

-Las brutas se quedan con lo peorcito de todo, siempre.  Tú te puedes conseguir cualquier peorcito cuando quieras....
-Ya lo he hecho.  o.O*
-¿Viste?


No more comments, su señoría.

If you love me...


posted by Athenea

No comments

... Won't you let me know?
... Why'd you let me go?

Es parte de la letra de una de mis canciones favoritas, de mis grupos favoritos: Violet Hill, de Coldplay.

Hace unos meses igual la cantaba; pero por razones muy diferentes, para que se "dieran cuenta que querían estar conmigo" (insertar aquí comentarios que dan cuenta de lo estúpida que soy).

Hoy la canto, pero con miedo de que el "conmigo" de arriba no sea precisamente yo.

That's just me.
(Debería cambiarle el nombre al blog y ponerle así: That's just me.)

As Usual


posted by Athenea

No comments

Me he dado cuenta, sobretodo en estos últimos pocos días (vamos, que ya no son pocos, es casi una semana) que soy la mata de las repeticiones.

No me gusta la rutina, no me gusta repetir, me aburro con extrema facilidad, me gusta estar siempre cambiando, innovando, intentando nuevas cosas.... and yet.... i'm the usual.

En un restaurante, siempre pido algo de pavo con miel mostaza, algo que tenga maicitos, champiñones, pesto (de ser posible) acompañado con una limonada cerezada o coca cola. As usual.

En una fiesta, me quedo sentada mirando lejos o mirando las caras de los que hablan o bailan, sin decir una palabra, y me limito a reírme o solamente a sonreír. As usual.

Todas mis relaciones tienen (o han tenido hasta ahora, uno qué sabe), el mismo patrón y las sigo repitiendo (hasta la última, porque ajá, uno qué sabe). As usual.

En Yogen Früz, de lejos mi heladería favorita hasta ahora (porque uno qué sabe), siempre pido lo mismo: helado mediano (o familiar) de fresa, banano y oreo. As usual.

Siempre he pensado que soy un poco diferente, descomplicada, medio atrevida (para probar cosas nuevas, no para nada malo), pero como que no.

He vivido aquí desde 1990.
He vivido aquí (en esta casa) desde hace más de 10 años.
Estudié todo en la misma universidad.
Me levanto más o menos a la misma hora.
Me baño siempre de la misma manera.
Mi ropa está siempre ordenada igual.
Las cosas siempre están en el mismo sitio.
Siempre me pongo la misma ropa para ir a ciertas partes.
Siempre me siento en el mismo lado del carro. (A no ser, oooooooooobvio, que vaya manejando).
Siempre me veo las mismas series.
Siempre tengo el pelo liso (más por cosas de la naturaleza, porque no me coge ni un rizo ni un moño).
Siempre me duermo tarde.
Siempre dejo las cosas a medias si no consigo avanzar lo suficiente o lo suficientemente bien para mi gusto.
Siempre quiero probar cosas nuevas, aunque siempre termine haciendo lo mismo.
Siempre camino por las mismas rutas.

Va a ser que soy un poco más repetitiva de lo que pensaba, y como siempre, me cuesta (o sencillamente, no quiero) romper los patrones.

As usual.

1999


posted by Athenea

No comments

Maestría en Mercadeo- Chat grupal por BB- Domingo, 30 de Octubre de 2011- 2.00 p.m.

(Contexto inmediato: Caso de estudio a desarrollar como examen final del módulo mercadeo internacional, plazo máximo de entrega domingo a media noche.  El caso se sitúa en 1999, da relativamente poca información para tomar una decisión y yo busqué por internet información extra para ayudar a resolver el caso.  Lo mismo hizo M1, compañera de clase, y compartimos información con el grupo.  Ella se ofreció a mandar los links para los demás, y en el chat la estaban apurando a mandar la información.  Esta es la conversación).

F: M1, estoy pendiente de los links que me ibas a enviar
M1: Ah ya te paso el archivo lo tengo abierto de hecho
J: Cuáles links
F: Ok... te había escrito por mail también (estoy intensa) quiero terminar ya el trabajoooo
M1: Pag 137, ya te lo paso
F: Listo, gracias.  J, los acuerdos comerciales
J: Si me lo puedes enviar te lo agradezco, hasta ahora voy a adelantar, encontré algo de los acuerdos pero tengo que complementarlo
M2: De qué hablan? Por favor compartir...
F: Los links de los acuerdos comerciales, M2... Lo que el profesor dijo ayer que tuviéramos en cuenta
M2: En qué momento lo dijo? Cuando yo salí a comer?
F: Debe ser...
J: Qué dijo, compartan...
F: O antes que llegaras, no recuerdo... Hay que tener en cuenta los acuerdos o tratados que habían en el 2000, que es el año de ejercicio
J: Ah, sí eso lo dijo... ok
M2: Ah sí, de eso me acuerdo, pero qué links dio?
F: Él no los dio... M1 los buscó, y es lo que le estoy pidiendo el favor que envíe
M2: Ahhh.. bueno.. favor compartir!!!!!!!
Yo: Niñas eso está en internet, busquen en google "Internacionalización -inserte aquí el nombre del caso-" y sale un pdf con información
M2: Pero se supone que en el 1999 no teníamos ese acceso a internet... acuérdate que vivimos en el pasado

WTF!!!!!!!

Yo: ...........................
F: Jejejeje M2!! Entonces enviémosle el trabajo por correo postal
M2: Jajajaja! sería bueno jajajajaja! Buennissssimooo!!!

------------- ------------------ ------------------ --------------------

¿Se ríen?

Yo también me moría de la risa esta tarde.
No sé si me reía por lástima, por pena ajena, o sencillamente porque uno se ríe de las estupideces.
Esos son los gerentes de las empresas colombianas.

Challenging


posted by Athenea

1 comment

Vida, te reto.
(Bueno, toda la vida te he retado, así que más bien debes estar como aburrida de lo mismo, pero anyway)

Te reto a que me calles.
Ven, cállame, atrévete.
(Pero de buena manera, ¿vale?)

Te reto a que me regales todas las cosas (y personas, ejem...) que quiero, y que de alguna u otra manera ya no creo que recibiré de ti.

Como por ahí dicen que el que no llora no mama, pues heme aquí llorando, y esto es lo que pido:

1- Un excelente trabajo. Uno en donde pueda ser quien soy, donde pueda crecer hasta donde yo misma quiera, en donde tenga responsabilidades y autonomía, y ojalá, de ñapa, donde pueda manejar mi horario.  Ooooooobviamente, con un súper sueldo, o sea.

2- Suficiente dinero como para comprarme mi propio apartamento, mío, para mí, de mí para yo. Y vivirlo, amoblarlo divinamente (ya tengo vistas taaaaaaaaaaaantas cosas geeks, trendis y unique, vida porfa pleaaaaaaseeeee) y pues claro, mantenerlo.

3- Un hombre espectacular con quien compartirlo. Que ame a Dios, que me ame a mí, que a me a su familia, que ame a mi familia, que ame los animales. Que respete, quiera, admire, proteja, cuide, mantenga, pechiche y no se separe jamás de todas las anteriores. Que me conozca, me acepte y aún así se quede conmigo y mis locuras y mis gorditos y mis niñadas. (Y hasta más). Que baile, que sea buen polvo (por favooooooooooor), que tenga buenos amigos, que no fume ni tome -y de preferencia, que no le guste el vallenato-, que sea detallista y tenga carro (sorry, me cansé de caminar), que me invite pero me deje pagar (a veces), y bueno.... Así.

4- Ayúdame a ser mejor persona. A encontrar eso que me hace falta, a desprenderme de lo que me pesa y a tener las manos vacías para poder llenarlas nuevamente con todo. A renovar mi corazón, mi alma, mi mente, mi closet..... (oopss!).... A encontrar lo que realmente me gusta y a atreverme a hacerlo.

5- A que me demuestres que me puedes callar anytime y llenarme de tantas cosas buenas y bonitas que me voy a volver tu fan número 1 y te voy a recomendar a todo el mundo (ya verás).  A que me sorprendas y que todo esto se quede pequeño, comparado a lo que me darás.

Y bueno.. cinco pequeñas cosas so far, esperando para darles un checked.

Yo sé que puedes....
I dare you.

Lo que no sirve, que no estorbe


posted by Athenea

1 comment

O como se diría vulgarmente: me mamé.

Anoche hablaba con uno de mis dos mejores amigos, que vino por unos días al país.  Me preguntaba que cómo estaba yo, a lo que le dije que bien, que trabajando, que estudiando, que en casa juiciosa.

Me volvió a hacer la pregunta, que cómo estaba yo. Que si no estaba saliendo con alguien, que hace cuánto no estaba con alguien, que si estaba totalmente sola.

En lo que le contestaba las preguntas, me preguntó que si no me gustaba un primo de él que está soltero porque también hace poco terminó con la novia. Lo miré con cara de sospecha y le dije: "Lo que no sirve, que no estorbe".

No me vengas a juntar con alguien, a obligarme a ponerme máscaras de lo "socialmente aceptable", otra de lo "moralmente aceptable" y otra de lo "normalmente aceptable".  No quiero tener que volver a fingir que soy bonita, o interesante, o inteligente.  A tener que demostrarle a alguien por qué soy una buena opción, si es que soy una opción.  A competir o a ponerme a ganarme el "corazón" o la mente de alguien, y a luchar al mismo tiempo con el impulso masculino de sólo querer tener sexo con uno y desaparecerse.

Le decía que estoy mamada, que todas mis relaciones anteriores han sido un patrón de lo mismo:

1. Conozco (o me encuentro) con un man que acaba de salir de una relación tormentosa (no necesariamente larga, no necesariamente corta, no necesariamente relación), que no se las lleva bien con su familia, que tiene pocos amigos y que se siente mal consigo mismo.
2. Por defecto profesional o por imbecilidez personal (o cómo quiera que se escriba), me dedico (a veces sin saberlo o sin darme cuenta o sin quererlo) a escucharlo, a escucharlo, a escucharlo.  Cuando me dejan meter la cucharada, meto la cucharada, y poco a poco se van abriendo más, acercando más, abarcando más.  Y pues, obvio, me involucro más yo también. Un día, las conversaciones pasan a salidas, las salidas a besos, los besos a caricias, las caricias a sexo y ¡pum! un día me presentan como la novia.
3. Pasa el tiempo (no necesariamente largo, no necesariamente corto) y se enamoran de mi y me enamoro de vuelta (que, además, no es para mi nada difícil).  Se "construye" un "algo" medianamente "estable" y todo es lindo hasta que deja de serlo.
3.1- 3.9. A medida que pasan los días, él se acerca más a su familia y más a la mía, se acerca más a sus amigos y si mis amigos están aquí, pues se acerca a los míos. Me acerco a los suyos, se va abriendo al mundo, va dejando de lado "problemas" menores y  mayores, va siendo "mejor" (en palabras de sus mismas familias y sus mismos amigos) y todo el mundo me da las "gracias" y le dice que me cuide, que soy una mujer excepcional, que lo he ayudado mucho, que soy una bendición. Sí, bueno.
4. Empiezan los problemas.  Sé que no soy una mujer "normal", que soy una persona difícil, que soy terca y obstinada y resentida y callada.  Ya no tengo por qué seguir teniendo encima las máscaras de lo social, moral o normalmente aceptable, y quiero que me entiendan y me quieran por lo que soy, por lo que he hecho, por lo que quiero hacer.
5. Aparece alguien. Usualmente una ex, una mejor amiga, una amiga de infancia, de colegio, de universidad, una compañera de trabajo. Alguien. No importa qué tan lejos o qué tan cerca esté ella o esté yo, luego de yo hacer todo el trabajo de limpiar telarañas, poner bonito todo, acomodar las cosas, sacudir el polvo, limpiar lo sucio, limar asperezas y pulir el diamante, llega otra (whoever she is) y él se va con ella. Indefectiblemente, sin importar qué haya hecho o dejado de hacer, sin importar la distancia, sin importar qué tan buena o qué tan mala fue la relación, qué tan larga o qué tan corta, me dejan tirada. Me rompen el corazón, me dicen que soy lo mejor, que no es mi culpa, que no me voy a quedar sola, que ellos no son suficientes para mí, que me quieren, que quieren seguir siendo mis amigos, que ya encontraré a alguien mejor, que se van con una menos que yo porque no se sienten dignos de mí. PUAJ.
6. Me abro. Sin vuelta atrás, borro a la gente de mi cabeza, de mis listas, de mis contactos, de mi existencia.  A veces, hasta de mi memoria.  Guardo las cosas básicas para saber que hicieron parte de lo que soy, y olvido lo demás. Las cosas pasan a ser únicamente cosas, y saco todo eso de mi vida. Un día, un día cualquiera, usualmente cuando la otra los ha dejado por alguien mejor, me vuelven a buscar.  Hablo con ellos un par de líneas, por "cortesía" (no, por cortesía no, idiota, por imbecilidez -o como quiera que se escriba-) y luego vuelvo a sacarlos de mi vida.

6 pasos que se han repetido incontables veces a lo largo de mi vida, con relaciones serias, con relaciones medianamente serias, con vacilones, con todos los manes que se me han cruzado so far.

6 pasos que me mamé de repetir.  Me mamé de que me toque ser la señora de la limpieza, la decoradora de interiores, la joyera que pule y brilla y limpia y desmancha.
Me mamé de ordenar la casa para que me echen.
Me mamé de que me digan que no soy yo.
Me mamé de que me dejen por otra.

Me mamé, y punto.

Le decía a mi amigo que al que venga, y quiera algo conmigo, le va a tocar inventarse algo fuera de lo normal.  Ya no me valen las "herramientas de conquista" o como quiera que se llamen. Ya no me valen las rosas, no me valen los dulces, no me valen las salidas, no me valen las invitaciones, no me valen las llamadas.

Quiero alguien que se quede conmigo. Que si lo tengo que pulir pues bueno, lo pulo, pero para disfrutarlo yo.

Si, por el contrario, mi labor en la vida de la gente es pulirlos infinitamente, entonces háganme el hijueputa favor de no meterse en una relación conmigo. Yo los pulo lo que quieran, aprendo lo que quiero, y luego, sin que me enamore y sin traumas y jodas, se largan de mi vida y punto y se acabó. Pero ya, me mamé.

Y si se quiere quedar conmigo, que me conozca primero. Que me conozca de verdad, para que luego no me diga que es que soy "diferente" o que soy "imposible".
Quiero alguien que sé que no existe. Quiero alguien que tenga la intención de no dejarme ir. Ok, no sólo la intención, porque la intención la tiene todo el mundo al comienzo, sino que en verdad no me deje ir. Y punto.

No voy a seguir perdiendo el tiempo detrás de piedras en bruto. ¡Que las pula alguien más!
No voy a seguir perdiendo el tiempo atrás de nada, atrás de nadie.
Me niego, rotundamente, es una tontería, no tiene sentido, no es práctico.

A mi que me dejen en paz, yo perfecciono a los demás.... ¿y quién perfecciona el mío (si es que hay alguien para mí)?

Concluí diciéndole:

Lo que no sirve, que no estorbe.
Y punto y se acabó.

Ela


posted by Athenea

2 comments

Alguno de tus nietos mayores, cuando eran pequeños, debió haber tenido dificultades para decirte "abuela" y te decía "ela".  Y así te quedaste: Ela.

Cuando volví de México, que ya tenía algo de razón y un poco de memoria, te conocí.  Viví en tu casa, con tu hijo menor y algunos de tus nietos, mis primos.  Comí de tu comida, jugué contigo, anduve por tu espacio.  Me recibiste, me amaste, me consentiste, me quisiste.

Aprendí a llamarte Ela, y te quise y te quiero.  Crecí rápidamente, y tú tenías más nietos para compartir y darles amor.  Todas las navidades te ayudaba a armar y desarmar el arbolito, el pesebre y a poner los miles de adornos que ponías por toda la casa.  Me gustaba ver mi cara redonda y enorme reflejada en las bolas azules brillantes que le ponías al arbolito, y que cada año eran menos porque tus nietos las rompíamos. Pero tú no te molestabas.

Te reías, nos abrazabas, nos llenabas de spaghetti con arroz blanco (que luego jamás volví a comer), y de carne en posta con papas guisadas.  Todos los cumpleaños nos cantabas, y todas las navidades nos regalabas dinero.

Luego vendieron la casa, esa casa enorme que nos vio a todos juntos, y que vio el progreso de años y años de esfuerzo y trabajo.  Te fuiste a vivir con tu hija mayor y con tu esposo, Elo, de quien jamás te separaste.

Elo te decía Negra, a pesar que no podías ser más blanca, y él era tu Negro. Negro y Negra para todas partes, en un ejemplo de constancia, amor, paciencia y soporte para tus hijos y nietos.

Fueron envejeciendo poco a poco pero rápidamente, y fuiste perdiendo tu memoria.  Aunque a veces no sabías quiénes éramos, no dudabas en seguirnos atendiendo y en levantarte a calentarnos comida y servirnos gaseosa.  No dejabas que nadie más nos atendiera, tenías que ser tú porque ese era tu orgullo: tu familia.

Tus nietos mayores tuvimos la fortuna de compartirte y tenerte más tiempo.  De jugar contigo, de hacerte cosquillas, de hablar de todo y de nada.

Con los años, te fuiste apagando, lentamente.  Llegó tu primer (y para ti, tu único) bisnieto, y lo amaste y lo disfrutaste tanto como nos amaste y disfrutaste a nosotros.

Las navidades seguían siendo especiales, seguías recibiendo y dando regalos, amor, paciencia, cariño.

Pasó el tiempo, y a todos nos tocó verte ir.  Seguías con nosotros, pero ya no sabías quiénes éramos.  Hablar contigo era hacernos los fuertes, recordarte todos los días todo lo que habías vivido.  Salir de allí era romper en llanto internamente de ver cómo te nos ibas.... te nos ibas....

Elo se daba cuenta de todo.  No me imagino lo que ese proceso ha debido haber sido para él.  Te veía todos los días, cada vez más ausente, cada vez más distante pero aún ahí, en la cama, en la silla, viendo televisión.

Un día te desconectaste y no volviste jamás.  Te caíste y no pudiste seguir caminando, y te postraste en la cama de toda tu vida, de la cual no te volviste a levantar.  Te enfermaste, te enfermaste y te enfermaste, y este sábado 8 de Octubre decidiste que ya .... que ya era hora de descansar.

Nos tomaste por sorpresa, a todos.  Yo recibí el mensaje en medio de clase y hasta ahí llegó el día para mí. Creo que el jueves por la noche pasaste por mi casa a despedirte de tu hijo y de tus nietos, a quienes tanto nos amaste, y no me dejaste dormir.  Si eras tú, me arrepiento de haberte temido.

Te nos fuiste, súbitamente.  Decidiste dejarnos, y nosotros en nuestro egoísmo tuvimos que dejarte partir.

Elo lo sabía, aunque nadie se atrevía a decirle.  Llamaron a tu nieta mayor y me llamaron a mi, las dos psicólogas de la casa, para que le dijéramos.  Ella no se atrevió y se escondió a llorar.

Ela, fui yo la que le dijo a Elo que te habías ido.  Y aún se me arruga el corazón.  Ver cómo tu Negro, un baluarte y un faro para la familia, ejemplo de carácter, de firmeza y de semblanza, se resquebrajaba y te lloraba como un niño, y me abrazaba y me decía que ya no era nadie, mientras yo tenía que hacerme la fuerte para apoyarlo, Ela, eso, me partió el alma en dos.

Ver cómo llamaba a sus hijos, y todos te lloramos.  Cómo lloraba y lloraba y te llamaba y te extrañaba. Verlo abrazarme, un hombre poco afectuoso y dado a tocar y estar con la gente.....

Lo llevé a que se despidiera de ti, te tomó de las manos y lloró. Y con él lloramos todos.  Ya no estabas para vernos, ya no estabas para escucharnos.  Te dimos todo en vida, hasta lo que no debimos haberte dado.  Te fuiste con un corazón lleno de amor, y rodeada de lo que verdaderamente importa en la vida: tu familia.

Ela, fuiste ejemplo de madre, de mujer, de esposa, de abuela.  Fuiste ejemplo de trabajo, de esperanza, de soporte, de abnegación, de ayuda, de amor, de lucha, de paciencia.  Para mí, para todos.

Tus hijos te extrañan.  Dejaste un vacío en tu cama, en tu casa, en tu familia.  Mi papá, un hombre del mismo carácter de tu esposo pero más dado a la gente, lloró.  Primera vez en mi vida que veo a mi papá llorar.  Y a tus otros dos hijos.

Te nos fuiste Ela, y ahora descansas. Esperas a que vuelvan por ti, a levantarte de primero y con nosotros.

Me alegra tanto haber compartido tiempo contigo, que se me arruga el corazón.  Siento no haberte podido hacer disfrutar de otro bisnieto, pero me queda grabado que lo amarías tanto como me amaste a mí, como amaste a todos los tuyos.

Ela, descansa en paz.  Aquí sentimos tu ausencia, y desde aquí cuidamos a tu Negro.  Estate tranquila.

Te fuiste Ela..... y esta navidad no será igual.

Duerme tranquila.... ya nos volveremos a ver.

Te amo, Ela.  Hasta pronto.

No soy una típica mujer


posted by Athenea

2 comments


O como se iba a llamar el post, soy una "mala" mujer; pero eso suena a otras cosas.

No soy una típica mujer porque no voy a la peluquería ni al salón de belleza sino únicamente cuando tengo que cortarme el pelo (y sólo en luna menguante), y eso porque yo no me sé cortar el pelo.
Yo misma me arreglo las uñas de las manos, las de los pies, me depilo.
Yo solita me maquillo, me arreglo, me peino.
No sé nada de moda, jamás he hecho una dieta, casi nunca voy al gimnasio.
No me hago el blower, ni me plancho el pelo, ni me lo rizo ni nada.
No soy intensa, nada cansona, pocas veces celosa.
Como de todo: pizzas, dulces, hamburguesas, gaseosas; como a deshoras y nunca he contado una sola caloría.
No leo revistas de moda, ni de farándula, ni de chismes.  De hecho, mi cabeza y mi estrecha memoria no me dan para aprenderme ni las caras ni los nombres de ese pocotón de gente "famosa". Además que ni me importan.
No soy asquienta, ni mística, ni complicada.
No me dan miedo las cucarachas, ni los ratones, ni las arañas.
No estoy obsesionada con comprar zapatos ni tengo cientos de bolsos ni miles de accesorios.
Jamás he hecho una escena... ni de rabia, ni de celos, ni de caprichos.
Nunca me he imaginado casándome, ni teniendo hijos.
Soy más amiga de hombres que de mujeres, de hecho, las mujeres me parecen envidiosas.
No soy para nada envidiosa, ni chismosa.
Juego videojuegos, he jugado con pistolitas de balín (de las de antes) y con las de pólvora, veo anime (a veces).
No me preocupa mi peso, ni si estoy gorda (soy flaca).
No me he operado nada, ni lo pienso hacer.
No me gusta ir a comprar ropa... nada me gusta, de lo que me gusta poco me queda, y de lo que me queda, poco me compro. Me desespero teniendo como buitres a otras mujeres esperando a que me decida.
No me gustan los martinis, ni la cerveza.
No me deslumbran las joyas, ni los diamantes, ni las perlas.
No estoy pendiente del qué dirán, jamás he quitado un novio, ni me interesa con quién se acuesta la vecina.
No despilfarro la plata, no soy gasolinera, no soy aparentera.
No peleo con mis novios, ni les grito, ni les pego.
No me gusta asolearme, ni meterme en el mar o en la piscina.
No tengo cientos de miles de vestidos de baños, salidas, chancletas, pavas y pareos que les combinen.
No me gusta pintarme el pelo, ni hacerme rayitos, ni alisármelo ni nada de eso.
Manejo, y manejo bien. Parqueo de reversa divinamente (aunque mejor si tengo algo de ayuda).
No me hago baños de luna, ni de sol, ni de rosas.
No voy al spa, no me hago masajes, no me gasto mi sueldo en cosméticos.
Jamás me he inyectado (ni lo haré), ni he sufrido ni un poco por la "belleza" y sus "tratamientos".
No veo novelas, ni me conozco a los "galanes" nacionales.


No soy una mujer típica.

¿Será por eso que me va tan mal con los hombres?

Mis teorías


posted by Athenea

No comments

Yo tenía muchas teorías. O tengo, todavía.

La teoría de que las cosas buenas, las realmente buenas, le pasan a todo el mundo menos a mí.
La teoría de que a la gente de al lado le va mucho mejor que a mí.
La teoría de que el "amor verdadero" es algo que uno ve sólo en las películas, y eeeeeso.
La teoría de que por cada minuto que me ría, y entre más fuerte lo haga, serán dos minutos de llanto.
La teoría de que nadie nunca me va a llenar un cumpleaños de flores. Ni el cuarto. Ni la cama.
La teoría de que no tengo amigos porque me intereso poco en ser amiga de los demás.
La teoría de que soy un diamante; pero escondido, y no hay valientes para descubrirlo.
La teoría de que el que me diga "chiqui", sin que yo se lo pida o se lo haya contado, será el "hombre de mi vida".
La teoría de que me voy a casar con un ramo de rosas moradas. Sí, bueno, primero tengo que conseguir novio.
La teoría de que soy demasiado buena en muchas cosas, y por eso no consigo trabajo.
La teoría de que soy demasiado floja para todo, y por eso estoy estancada.
La teoría de que nunca he sido suficiente. Para ninguno de mis opuestos.

Y podría seguir.

A lo que voy es que esas son algunas de las cosas que siempre he pensado.

Algunas de ellas, y otras muchas más, me las han ido derrumbando rápidamente.
Algunas de ellas, y otras muchas más, aún permanecen aunque están débiles.
Algunas de ellas, y otras muchas más, no se irán jamás.

Yo ahora estoy bien. Realmente bien. MUY bien.
No me preocupa casi nada, sólo una cosa.

La teoría de que entre mejor esté, peor me voy a sentir cuando acabe.

Nada más.

Sin nada (mentira)


posted by Athenea

No comments

Hay veces que me gusta engañarme a mí misma y decir "no estoy pensando en nada", o mejor: "no siento nada".

Pues como decimos aquí: embuste. Em-bus-te.

Es realmente difícil que en verdad verdad no esté pensando en nada, y muchísimo más difícil que no esté sintiendo nada.
Ahora mismo, mientras escribo esto, tengo esta "conversación" con alguno de los componentes de mi inconsciente, según Freud:

- No estoy pensando en nada.
- ¿Ah, no?
- No
- Sí, bueeeeeno...
- Mmmm, mientras ....
- ¡Já!
- Sí, ya sé; pero no estoy pensando.
- Yeah, riiiiight
- Please don't stop the musiiiiccc (canto) Cómo han cambiado las cosas, ¿no?
- ¿Te parece?
- Totalmente..... es que no me hubiera imaginado...
- ¿Estás celosa?
- ¿Quién, yo? Pppffffff... ¿De qué o quién? pppfffffff
- Seeeeeeeeeeee....
- Mmmmm..... please don't stop the musiiiiiiiiiiiiiiic
- ¡Celosa!
- No. Antojada.
- Pues es lo mismo pero al revés.
- Whaaaaaaaaat? (En la voz de un Minion.- Despicable Me)
- Ya, no te hagas, tú sabes
- Heeeeeey, yo no estoy celosa
- Cállate
- Pppppppfffff
- Oigan ustedes dos, que yo sé que está alguito celosa, pero no taaaaanto
- Pero nojoda, ¿celosa de qué?
- De no haberte antojado antes.
- WTF?!
- Hey, eso no se puede
- 'Cuz I might be bad, but I'm perfectly good at it! (canto)
- ¡Eso! Te haces la mala, pero no lo eres ni poquito
- Venga, ¿mala yo? Ppppffffff... ¡re-mala!
- Iraaaaaaaaaa
- De mala no tienes ni el nombre, te vas a derretir....
- No. Ever.
- Te vas a derretiSTE
- NO.
- Sabes que sí.
- mmmmm......
- ¿Viste?
- ¿Será?
- Sí
- ¿Sí?
- Sí
- Pues no debería. Tengo que volver a congelarme.
- TIENES QUE morirte. Nomás.
- Fuck.
- Exactamente: fuck.
- ¡Shito!
- ¿Viste?

.... Y así puedo seguir, "conversando" conmigo misma, hablándome, intentando convencerme de cosas que son y no serán y de cosas que no son y tampoco serán. Intentando no sentirme sola.

Y lloro.

Pero nada, que no pienso ni siento nada.

(Embuste)

Disconnect to Connect


posted by Athenea

No comments

Me mandaron por correo esta publicidad de una empresa Tailandesa líder en telefonía móvil, supuestamente.  Yo la verdad no entiendo qué dicen cuando hablan (para eso sería muy bueno contar con la traducción de Nat), pero entiendo clarititito el mensaje.

Y es que la vida es aquello que pasa mientras escribo este post, mientras tu lo lees, mientras revisamos mail o nos conectamos a la virtualidad.
La vida es lo que pasa cuando en vez de mirar el atardecer con nuestros ojos, vemos en el pc un .ppt con fotos de atardeceres.  La vida es lo que pasa cuando estamos pendientes de Facebook y Twitter, mientras dejamos al que camina a nuestro lado con la palabra en la boca.

Aquí les comparto, para que se desconecten para conectarse.

Abrazos =)

No strings attached


posted by Athenea

1 comment

De amigos con derechos y otras practicidades (léase: "cosas prácticas").

Ahorita me vi la película que le hace honor al nombre del post, y me fui para el gym a pensar (sin saberlo) en plena clase de rumba.  Pensando, al ritmo de reggaetón, samba, merengue y hasta champeta, en las relaciones humanas (y en que compré mis tennis nuevos una talla más grande y me toca ir a cambiarlos) y sus derivados.

Labels. Etiquetas. Nombres. Llamamientos. Nombramientos.

Como los quieran llamar.  Es manía humana el ir poniéndole un nombre a todo, bien sea para poder "identificarlo" o para identificarlo.  Las relaciones hacen parte de la naturaleza humana, y pues, oooobviooo (léase cantado) no se iban a salvar de llevar un nombre.

Yo no soy la que más experiencia tiene en esto del "amor" ni mucho menos en aquello de las "relaciones".  Desde el colegio me consideré como Daria: apática, escéptica, valeverguista y hacía my best para intentar esconder o apagar a la romántica empedernida que llevo dentro, esa que soñaba (ejem) con príncipes azules, y hadas y maricadas de esas.

Sin embargo, luego de unas cuantas (no voy a decir cuántas, porque ya me fue mal siendo totalmente honesta antes) de esas "relaciones", con y sin sus comillas, llegué a la conclusión que, o soy yo la extraña-rara-loca, o definitivamente los labels se cagan todo. Sorry.

Y es que vamos a pensarlo, a ver.

Uno conoce a un niño, le cae bien o le gusta de una. Y digamos que si uno tiene suerte, también viceversa.  Y entonces uno cruza un par de palabras con él y bueno, ya nos hizo reír. Punto para el niño.  Le damos el teléfono, o el mail en estos casos, o el pin del bb, y empezamos a hablar. Lo vemos conectado, nos emocionamos y hablamos por horas enteras.  Trasnochamos hablando con él, y cuando la vida real nos llama para salir y dejar abandonada la pantalla o la línea telefónica, lo extrañamos. Venga, que a todas nos ha pasado.

Empezamos a salir con él, tal vez primero con algunos amigos extra, como para mirar cómo es la vuelta.  Un día nos invita a salir (a la "americana" o no), y le aceptamos la salida.  Nos ponemos lindas, nos emocionamos, buscamos el vestido más lindo (ni muy corto ni muy largo, ni muy transparente ni muy oscuro, ni muy revelador ni muy monjita, que le vaya a los tacones y al bolso, que le haga juego con las sombras de los ojos, y obvio, con el perfume), y nos hacemos las "locas", como si tooodo el tiempo nos viéramos así de divinas. Osea.

La primera salida es un éxito, nos tomamos alguito, nos reímos algo más, deli.  Luego otra, y otra y otra, y cuando menos lo pensamos tienen la delicadeza de preguntar que qué somos, o en el peor de los casos, nos presentan como sus novias -y de paso nos enteramos que lo somos-.  Osea.

Pasa el tiempo, y eventualmente, porque vamos, ya no estamos en la época de nuestros padres/abuelos, las cosas se tornan feas y aburridas, y estar juntos empieza a pesar, y qué jartera vernos, y qué jartera salir, y qué jartera el sexo, y qué jartera esto y qué jartera lo otro.

A lo que iba: el label.

¿En qué momento de la relación se pierde la espontaneidad de la amistad, la camaradería, la frescura, la independencia? ¿Cuándo, sin darnos cuenta, empezamos a ser un espejo del otro, un miembro del otro, una extensión del otro? ¿Por qué, en un lapso de tiempo más corto que largo, las cosas se apagan mientras que en la amistad pasan años y años y años y sólo crece y crece y crece?

Venga, no me digan que es que no he encontrado al amor de mi vida, que no me ha caído un polvito mágico (de esos de las hadas, no sean mal pensados), u otro embuste rosa. Come on.

Luego de pensarlo, al tiempo que sentía que los tennis en efecto son una talla más de lo que deberían, me di cuenta que a estas alturas del paseo estoy intentando de nuevo -no sé si con éxito o no- el ahogar y apagar a esa romanticona empedernida que aún espera un príncipe (pero ya no uno azul, sino uno como el Prince of Persia, así, igualito... uuuffff), un carruaje, rosas rojas y chocolates.... y maricadas de esas.

Sí, bueno, me quedaré esperando.

A estas alturas del paseo es más práctico, como dije antes en algún post, quedarse uno "solo".  Entre comillas, porque uno puede conseguirse un amigo "solo" (entre comillas), con quien no se vaya a pasar de la raya (en términos emocionales), pero con quien se crucen todas las otras fronteras.  Digo.

Como lo que tenían los de la película.  Amigos, sin celos, sin llamadas, sin apodos empalagosos, sin regalos de amor y amistad, sin detalles, sin apegos, sin obligaciones emocionales, sin nada de eso que apaga las relaciones.  Amigos, de salidas, de risas, de bailes, de encantos, de cuentos, de chismes, de historias, de trasnochadas, de madrugones, de paseos, de viajes, de polvos.

Y bueno, el que se enamore pierde. A no ser que se enamoren los dos. Pero eso nunca pasa. Sólo en las películas. Como esa que me vi. Osea.

Así que nada, que si me preguntan, en este momento de mi vida prefiero mil veces no ponerle un label a nada, y andar mejor con un amigo con derechos. No strings attached, y que la vida me sorprenda.  No sería la primera vez.

Y es que el label implica obligaciones morales, éticas, sociales, emocionales, sexuales y otras cosas más que vienen implícitas.  Implica restricciones, implica cerrar círculos, implica limitaciones, implica fronteras.  Implica muchas cosas para las que en teoría todos los adultos estamos preparados; pero para las que realmente están preparados las personas maduras, y todos sabemos -todos- que son realmente pocos los adultos maduros.

Es probable que yo no esté siendo -o actuando- con mucha madurez al escribir esto; pero qué más da.  Si he intentado relaciones cortas, largas, casuales, abiertas, a escondidas, gritadas, a distancia, muy cerquita, de años, de días, y ninguna -ninguna- ha funcionado.... ¿por qué no darle un shot a algo práctico, descomplicado y libre?

El que se enamore pierde. Porque enseguida pone el label. Y el label mata todo.

Así como la Coca-Cola mata al tinto. Así.

¿Libertad?


posted by Athenea

No comments

Los que me conocen dicen que soy animalista.  Ese es un término que usamos en Twitter para definir entre comillas a las personas amantes de los animales, las que los queremos y los consentimos y los cuidamos y luchamos por ellos y su bienestar.

Ahora estando en el centro de la ciudad, me he encontrado mucho con pajaritos que cantan preciosísimo, encerrados todo el día en una jaula minúscula para su tamaño, en donde no pueden casi ni brincar de un lado a otro porque no tienen para donde.

Me he encontrado con perritos y perritas de ojos dulces, que te miran mientras comes o tomas agua en espera de que te compadezcas de ellos y les compartas algo.  Los he visto tomar el agua sucia de pescado, llantas de carro, lluvia y zapatos de todas partes, esos charquitos que quedan entre los miles de huecos de las calles de allá.

Me he encontrado con gatos bebés y gatos más grandecitos, flacuchentos y muertos de miedo porque los alzan por la cola o por una oreja. Una oreja, todo el gato.  Se acercan y maúllan, con un sonido que al menos a mí me conmueve el alma, y me miran con cara de física hambre.

Me ha tocado resistirme a darles comida o agua, porque no tengo dónde o cómo o qué darles.  No tengo encima un tazón en donde ponerles alguito, y aún si tuviese, no hay espacio para que coman o beban tranquilos ni por un instante.  Viven corriendo, casi literalmente, entre el mundo de la gente en ebullición y los carros que no se detienen ante nadie ni ante nada.   Viven empujados, arrastrados, menospreciados.  La gente les pasa por encima, les pega sin intención o con intención, los empuja, los pisa.  El ruido no los deja dormir, los carros no los dejan cruzar, las carretillas les pisan las patitas y luego no pueden caminar. Es triste verlo.

Hablando con el dueño de uno de los pajaritos, le preguntaba que por qué no le conseguía una jaula algo más grande, si lo iba a tener encerrado toda su vida, porque en la que estaba no podía ni estirar las alitas.   Me contestó que para qué el pajarito necesitaba estirar las alas, si lo único que tenía que hacer era cantar.  Él no tenía que volar porque no tenía que ir a buscar comida, ni hacer un nido, ni buscar pareja.  Él no tenía que volar porque no tenía que buscar agua, o evitar gavilanes, ni empollar huevos.

Me dijo que si a él lo metían en una jaula así de pequeña, pero garantizándole el agua y la comida, sería feliz.  Me quedé mirándolo con cara de incredulidad, dudando con toda certeza de lo que acababa de decir.  Pero luego, pensé que nuestra vida en esta vida, valga la redundancia, es como la vida de ese pequeño pájaro en una jaula aún más pequeña.

Estamos enjaulados en nuestras ciudades de cemento, no solemos ir más allá de donde finalizan las carreteras.  Estamos enjaulados en nuestros mundos virtuales, contándole a desconocidos en Twitter cómo nos sentimos, mintiéndole a los conocidos en Facebook sobre nuestra realidad, exagerando nuestros potenciales en LinkedIn, y sin ser capaces de alzar la cabeza de nuestro Blackberry inclusive cuando estamos reunidos con amigos o familiares.

Estamos enjaulados en los parámetros de la sociedad, esos que dicen que puedes o debes hacer tal o cual cosa.  Que se ve bien que vistas o hables de tal forma, que se ve mal que vayas por el mundo haciendo lo que te da la gana.

Estamos enjaulados incluso en nuestros países, porque al menos para los colombianos salir del país implica pedir permiso y demostrar que uno no tiene ni media razón ni medio pensamiento para quedarse allá.  Porque para ellos -y para nosotros, a quién engañamos- nuestro país es poca cosa.

Estamos enjaulados en nuestros paradigmas y modelos de pensamiento, en nuestras experiencias pasadas y en nuestra historia familiar.  Estamos enjaulados en un paréntesis de vida, enmarcado entre la no existencia y la muerte.  Estamos enjaulados en un planeta completo, precioso, hermoso y autosostenible; pero enjaulados en un universo desierto.

No, no es negativismo.  Es que si tuviéramos la necesidad imperativa de hacer algo por nuestras mentes para no darnos cuenta que estamos enjaulados, seguramente nos inventaríamos una sociedad como la que ya tenemos, con guerras como las que ya tuvimos, con ideales como los que aspiramos tener.

Porque incluso, seguramente si le dieran a escoger al pajarito entre estar toda su vida enjaulado sin hacer nada pero teniendo agua y comida, o estar en una jaula más grande pero luchando el agua y la comida, seguro seguro y por mero funcionamiento y salubridad de la psiquis, escogería salir a lucharla.

¿Quién nos dice a nosotros que no estamos peor que el pajarito?  ¿Que no nos enjaulamos nosotros mismos bajo normas sociales y fartedades por el estilo?

Es solamente una mera ilusión de libertad.

Downtown


posted by Athenea

3 comments

Aclaración: Las imágenes no son mías. Son todas tomadas de Internet.

Digamos que en términos de lo que hablamos en mi ciudad, yo soy una niña "puppy".

El término "puppy" no quiere decir ni tiene nada que ver con lo que en inglés se llama "cachorro", sino con una persona que es de clase media- alta (o alta), que tiene dinero y que no tiene mucho contacto con las cosas que hacen que el "pueblo" sea "pueblo".

Ojo que no hablo en términos despectivos, eh, es sólo a modo de introducción.

La cuestión es que por estos días, y por cuestiones laborales, me la paso metida TODO EL DÍA en el centro histórico de mi ciudad.

A ver.  En cualquier ciudad normal del mundo, el centro histórico tiene plazas, espacios amplios, seguros, lugares donde sentarse a tomar un café o un coctelito y más lugares para caminar, tomar fotos y pasear un rato.  El downtown suele estar lleno de historia, ser un lugar decente, ordenado, limpio, bonito y pulcro, en donde la gente se reúne a pasar un rato agradable alrededor de edificios históricos y cosas por el estilo.

Eso, en cualquier ciudad normal del mundo. Pues vamos, que mi ciudad no es tan normal, y no, no uso términos despectivos.

El downtown -o centro- de mi ciudad, sí, es lindo, sí, tiene edificios históricos, sí, tiene plazas, sí. Como cualquier downtown de cualquier ciudad del mundo. Pero no.

Este es el Paseo de Bolívar (una parte de él), y es de las pocas "plazas" que hay en la ciudad. Al menos ahora está limpia y cuidada. Antes no era así.

El centro de mi ciudad está lleno, pero lleno a rebosar, de vendedores ambulantes, de gente que camina en un "agáchate y coge" o en inglés "pick your own" (pero nada parecido al concepto inglés), de vendedores que ocupan el andén y que no te dejan caminar, de otros que ocupan la calle y no dejan a los carros transitar, y de muchas cosas más.

A esto me refiero, vendedores en el andén, vendedores en la calle, en un "agáchate y coge".

Las calles sucias y mojadas, porque la gente bota todo ahí mismo.  El que hace limonadas deja las cáscaras de los limones en el piso. El que vende los pescados bota el agua con la que los "lava" ahí en la calle, y de malas para quien pasa por ahí en ese momento, si le cayó en los pies, nada que hacer.  El que compra dulces tira el papelito en la calle porque un papelito más no hace más basura, y así sucesivamente.

Eso, sin contar el mal olor del pescado, la bulla del picó (pick up mal pronunciado) con su música a todo volumen, uno tras otro con canciones diferentes, el escándalo del que va vendiendo loterías, la gritería del que se pelea con el otro para que le rebajen unos pesos, y el calor. Infinito, desgastante, desgraciado calor.

Esto es un picó (pick up).  Se imaginarán los decibeles que alcanza. Sí, tal cual. Un montón juntos.

Sí, mi ciudad es caliente, he vivido aquí casi toda mi vida y estoy acostumbrada; pero es que en el centro -realmente, literalmente-, hace muchísimo más calor. Muchísimo más.

Yo no soy de las personas que suele ir al centro a comprar nada, aunque existe un pajazo mental entre los ciudadanos de que allá todo es más barato.  No me gusta el sitio, no me gusta el desorden, no me gusta el calor, y menos todo eso junto.

Sin embargo, por cuestiones laborales, estoy allá metida, y he visto otra cara, que es lo que les vengo a contar.

Una cosa es lo que uno poco puede ver cuando va caminando con la cabeza enterrada en el piso (para evitar que los atracadores te vean la cara de perdido que llevas y te persigan), con el bolso entre las manos, bien apretado en el pecho (para que no te roben cuando te toca pasar entre más de cinco personas juntas), y corriendo.

Otra cosa, y MUY diferente, es lo que uno ve cuando uno se sienta con los vendedores, habla con ellos y observa con detenimiento cómo es la dinámica de su día a día.  Una cosa es ser uno el que va corriendo con la cabeza agachada y la mirada enterrada en el piso, y otra cosa es ver a ese que va así como suele ir uno (y encima, reírse de él)....

He tenido la oportunidad de sentarme a hablar con ellos, de caminar entre ellos sintiéndome "segura" (es probable que tenga una falsa, muy falsa sensación de seguridad), con tiempo para observar qué es lo que venden realmente, preguntarles cuánto les queda de ganancia en esas más de 14 o 16 horas diarias que trabajan con ese calor.

He tenido la oportunidad de ver cómo es el proceso de compra y venta, y me he sorprendido muy gratamente al ver que son personas amables, muy muy amables.  No me dejan comprar casi nada. Me han regalado de las limonadas que hacen (las cuales, obviamente, aunque sean hechas con agua de yo-no-sé-dónde, me tengo que tomar en nombre de Dios), de los fritos que venden, de la mercancía que llevan.

Son personas llenas de cortesía, y que trabajan únicamente en eso.  Me he llevado otra imagen del centro, aunque sigue sin gustarme y sigo sin ubicarme.  Son personas que trabajan muchísimas horas, todos los siete días de la semana, de sol a sol casi literalmente, con una rutina inclemente.

Al llegar, madrugados, abren y sacan la mercancía, organizan la exhibición, acomodan las cosas y las vigilan.  En la noche, hacen el proceso a la inversa, y así, todos los días de sus vidas. Todos.
Aguantan calor, malas caras, atracos, policías y gente grosera.  Aguantan sed y hambre, aguantan lluvia y arroyos, aguantan el sol inclemente, aguantan el mal olor y la bulla. Se aguantan entre ellos mismos.

A ellos, mi admiración y respeto.  Son personas cordiales, atentas, amables.  Son personas que hacen lo mejor para su familia todos los días, aunque no tengan tiempo para verlos.  Son personas a las que un poco de educación les haría muchísimo bien, así como un poco más de entendimiento y comprensión por parte de las autoridades de la ciudad.

Sí, el centro de mi ciudad puede que sea feo, que huela horrible y que esté desordenado; pero para mi sorpresa, está lleno de gente que en medio de todo, hace su mejor esfuerzo para sobrevivir, sin robar, atracar o traficar droga.  Hacen lo que pueden con lo que tienen, aunque nos invadan el espacio y no nos dejen caminar.

Y en esas ando. En el centro. Conociendo, aprendiendo, mirando otras caras de la moneda de la vida, que más que moneda, ya me parece un cubo.

Carta abierta al amor de mi vida


posted by Athenea

3 comments

Estimado amor de mi vida,

Mucho gusto.  Mi nombre no importa, porque para cuando leas esto o te enteres de esta carta, ya lo sabrás.  Importan otras cosas de mi misma, de las que me gustaría hablarte.

Me disculpo de antemano contigo por dudar de tu existencia; pero entenderás que luego de tantos espejismos e ilusiones es lo más normal que crea que no existes.  Sin embargo, en el fondo de mi corazón sigue ahí una preguntita que me he hecho desde que era pequeña, a pesar que jamás me he proyectado con nadie, y esa preguntita, más la curiosidad de responderla, es la que me hace escribirte.

Verás, siempre me he preguntado "¿Qué estará haciendo mi esposo en este momento?". Like, ahora mismo, cuando te escribo esta carta sin saber siquiera que existes. Like that.

Supongo que en algún momento de tu vida también habrás dudado de mi existencia. Es lo más normal, si tu y yo estamos "destinados" a estar juntos.  Claro, cómo no dudarás si aún no me has encontrado. Lógico. ¿Cierto?

Anyway.

Quería decirte, amor de mi vida, que ya no te estoy buscando.  No, no es grosería, perdona haberme expresado así.  Digamos que prefiero que me des la sorpresa. Que llegues un día a mi vida, no intempestivamente sino suavemente, tiernamente, pero definitivamente. Que llegues un día a mi vida y no salgas de ella jamás. Así. Yo no te busco así que no me afano en encontrarte ni me pierdo del paisaje mientras camino a tu encuentro, pero prefiero que seas tú el que planee la emboscada. Y te quedes para siempre.

Querido amor de mi vida, tu sabrás perdonar que te escriba a molestarte antes de tiempo. Mira, esa es una de las cosas a las que tendrás que acostumbrarte. O que, aún mejor, tendrán que gustarte de mi. Sí, que todo el tiempo te escriba, pero better yet: que todo el tiempo te moleste. Sorry. My bad.

Quiero informarte que seguiré caminando.  Seguiré mi camino como si no existieras, esperando que un día me sorprendas con una emboscada a mi corazón y no te vayas de él jamás. Pero hazlo con cuidado, porque quiero que te quede bien claro que también estoy perfectamente bien sin ti. No te permitiré que entres a mi vida para hacerme sufrir. Aunque, claro, qué tonta, ese no es comportamiento propio del amor de mi vida. Obvio.

Será bonito cuando nos encontremos, eso lo sé. Hoy soy una mejor persona y una mejor mujer para ti. Con menos expectativas (para que me sorprendas más fácil), con filtros más estrictos (para asegurarme que seas the real you), con un norte definido (para saber si caminarás conmigo o me verás pasar) y con mucha tranquilidad emocional, conceptual y espiritual (lo cual no se perturbará con tu llegada, sino que aumentará).

Tengo la plena certeza que cuando por fin estemos juntos, yo aportaré a tu vida lo mismo que aportarás tú a la mía: paz, tranquilidad, felicidad, amor, paciencia, esfuerzo, valentía, risas, y otras muchas cosas más. ¿Sabes por qué? Porque he aprendido que las cosas son fáciles cuando son sinceras y cuando son de verdad para uno. Porque si tú tienes que forzar algo conmigo entonces yo no soy el amor de tu vida, y viceversa. Porque las cosas no necesariamente tienen que ser mágicas o perfectas todo el tiempo, pero definitivamente no tienen que ser impuestas.

Tómate el tiempo necesario para aparecer.  Es probable que aún no esté lista para recibirte, o que a ti todavía te falten algunas lecciones por aprender.  Puede ser que aún estés con alguien más, alguien que esté haciendo lo mismo que yo he hecho con muchas personas: pulirlos para entregárselos brillantes y bonitos a sus respectivos amores de sus vidas.

De ser así, amor de mi vida, habrá valido la pena el que haya pulido a otras personas, porque otras personas te habrán pulido a ti.  No, no lo miro como una obra de caridad o como un pajazo mental para pensar que no fue pérdida de tiempo, sino como un crecer fundamental en nuestras vidas, experiencias y lecciones que hemos tenido que vivir previamente, para apreciar las cosas juntos desde una perspectiva más saludable y pacífica.

Sin embargo, no quiero que pienses que eres mi único motor. Ni la única cosa por la que espero. Ni lo único que necesito. Para nada. Quiero que sepas (otra vez) que estoy perfectamente bien sin ti. Tan bien, que cuando llegues sólo podré estar mucho mejor de lo que estoy ahora, porque no llegarás cargado de tristezas, cargas o imposiciones, sino de libertad, ganas y entrega.

Hoy veo las cosas diferentes. Hoy no te veo como parte fundamental de mi vida, porque funciono perfectamente sin ti y definitivamente tu funcionas perfectamente sin mi (para la muestra, tu ausencia hasta hoy, digo, ejem....).  Hoy no te veo como algo que debo tener para sentirme realizada entre comillas, y tampoco quiero ser algo que debas tener para sentirte bien contigo mismo.

Amor de mi vida, cuando nos encontremos será porque ya somos los dos, por separado, personas tan grandes, tan maduras, tan felices y tan libres, que seremos un complemento en esa felicidad, seremos un par de alas más para nosotros mismos, seremos una pila más, una felicidad más, una compañía en el viaje.

No quiere decir esto que te vea como un ideal insulzo inspirado en Disney y sus principitos, no. Sé que habrán momentos en donde tendremos, como todos, reveses y bajones.  Pero sé, y lo sé a ciencia cierta, que no serán, jamás, motivo para alejarnos del otro, para dejar las cosas tiradas o para desmotivarnos.  Muy por el contrario, sé, y lo sé a ciencia cierta, que serán motivos para unirnos, para aunar esfuerzos, para entendernos y comprendernos mejor, y para seguir estando juntos en nuestra mutua individualidad.

Mi querido amor de mi vida, sé que te va a costar llegar a mi y ganarte mi corazón. Eso, claro, en un sentido figurado.  Entenderás, así como entiendo yo también, que mis filtros sean mucho más difíciles de pasar.  Entenderás, así como entiendo yo también, que si no encuentro nada que me aporte y que en verdad me sirva a mi como persona, para seguir mejorando y estar aún mejor de lo que estoy estando sola, entonces no me interesa.

Sin embargo, para ti, y solamente para ti, amor de mi vida, esos filtros y esas barreras no serán TAN difíciles de pasar.  Algunas sí, otras no tanto.  Pero sé que lograrás pasarlas todas, así como yo lograré pasar las tuyas.  Sé que lograrás llegar y permanecer en un puesto importante en mi vida, y que yo haré lo propio en la tuya.  Sé que nos unirá algo mucho más grande que la atracción, el sexo, el deprimente "quien soy cuando estoy contigo", o todas nuestras ilusiones y expectativas. Eso lo sé.

Mientras te dignas a aparecer te escribo esta carta. Aunque también puede pasar que ya te hayas aparecido en mi vida y que sea yo la que aún necesite de más tiempo para abrir los ojos y darme cuenta de dónde estás y quién eres. Es probable.
Pero mientras nos aparecemos mutuamente, seguiré mi camino. Caminaré, porque sé que caminarás conmigo. Seré una mejor "yo", porque nadie más lo hará por mi.  Volaré, porque sé que si tienes que volar para alcanzarme, lo harás.  Viviré, porque en la medida en que viva, y en que ame mi vida, estaré más cerca de ti.

Amor de mi vida, no me importa si no eres una persona.  Aunque, no te niego, sería muy lindo que fueras un hombre muy apuesto (usando términos que no uso), con carro, dinero, muy buen trabajo, de buena familia y todas esas cosas a las que uno llama whole package.  Y sé que así lo serás. Porque yo creo (ejem) que soy un whole package. No serías menos tu.

Pero, si definitivamente no es para mi el tener un "amor de mi vida" en forma de ser humanO, entonces bien puede ser el amor a algo que haga, o a algo o alguien que ya tenga en mi vida. Dios, mi familia, mis amigos, mi mascota, mi carrera, mi trabajo. Anything.  Aplican los mismos criterios de antes.

Ya no te espero, amor de mi vida. Ya no te busco. Ya no te necesito. Soy quien soy, y lo soy por y para mi misma. Y sé que es precisamente eso lo que más te gustará.

Si vas a llegar a mi vida, la vas a cambiar para bien. Vas a aportar, vas a hacerme crecer. Porque eso es lo que yo tengo para ofrecerte a ti.

Sorpréndeme.
I dare you.

Gracias


posted by Athenea

No comments

A todos los que me han acompañado en mi proceso de detox a punta de música.
A los que han visto los videos que dejé (o no), a los que buscaron las letras (o no) y a los que las cantaron conmigo (o no).

Por tener paciencia durante 31 días.
Por estar ahí, del otro lado de la pantalla.

I'm so much better now. A better woman, a better soul.

Más libre, más tranquila, más calmada, más sincera, más transparente, más relajada.
Menos atada, menos preocupada, menos triste, menos dubitativa.

Con el camino claro, el panorama despejado y un norte definido.
Preparada para dejarme sorprender de la vida, que no deja de hacerlo todos los días.

Gracias. Thanks. Merci. Danke. Grazie. Arigato.

Día 31- La ñapa


posted by Athenea

No comments

Hay canciones que me encantan pero que no encajaban en las descripciones de los días, o que no quise meter en algunos para no hacer los posts más largos.

Aquí una lista de otras 31 de mis canciones favoritas, significativas, llenas de recuerdos o de ilusiones. No están en orden de nada, sólo las voy poniendo como se me fueron ocurriendo.  Enjoy.

1) Human- The Killers

"Sometimes I get nervous when I see an open door, close your eyes, clear your heart.... Cut the cord"





2) When I'm gone - 3 Doors Down

"Hold me when I'm here, right me when I'm wrong, hold me when I'm scared and love me when I'm gone"




3) A la luna se le ve el ombligo- Fito y los Fitipaldis

"Ojalá me hubiera dado cuenta antes: no siempre lo urgente es lo importante"





4) Sólo un segundo- Bacilos

"Y dejó en mi corazón la marca de su amor en sólo un segundo"




5) Basket Case- Green Day

"I am one of those melodramatic fools, neurotic to the bone, no doubt about it"






6) Quién te quiere como yo- Carlos Baute

"Quién te quiere y te cuida, cómo yo"





7) Las avispas- Juan Luis Guerra

"Jesús me dijo que me riera si el enemigo me tienta en la carrera"





8) Crash and Burn- Savage Garden

"If you need to crash, then crash and burn, you're not alone"





9) Le ragazze- Neri Per Caso

"Si può amare da morire, ma morire d'amore, no"
(Puedo amar hasta morir, pero morir de amor, no)




10) Esa muchachita- Mauricio & Palo de Agua

"Esa muchachita, como nadie es ella la que yo llevo en el alma"




11) Drops of Jupiter- Train

"So tell me: Did you sail across the sun? Did you make it to the Milky Way to see the lights all faded, and that heaven is overrated?"




12) Ya no sé qué hacer conmigo - El cuarteto de Nos

"Ya estuve en contra y estuve a favor, lo que me daba placer ahora me da dolor, ya estuve al otro lado del mostrador"




13) Día de Enero- Shakira

"Ya vas a ver, cómo van sanando poco a poco tus heridas"





14) La casa por el tejado - Fito y los Fitipaldis

"El colegio poco me enseñó, si es por esos libros nunca aprendo a coger el cielo con las manos, a reír y a llorar lo que te canto, a coser mi alma rota, a perder el miedo a quedar como un idiota"




15) Head over feet- Alanis Morisette

"You've already won me over, in spite of me; and don't be alarmed if I fall head over feet"




16) El arroyito- Fonseca

"Eres el arroyito que baña mi cabaña, eres el negativo de la foto de mi alma"





17) Virtual insanity- Jamiroquai

"Futures made of virtual insanity, now always seem to be governed by this love we have for useless, twisting, our new technology"




18) Hunter- Dido

"I want to be a hunter again, I want to see the world around me again, to take a chance of life again... so let me go, let me live"




19) This is how you remind me- Nickelback

"It's not like you to say sorry, I was waiting on a different story"




20) Cuando me enamoro - Juan Luis Guerra ft. Enrique Iglesias

"Si tuviera el naufragio de un sentimiento sería un velero en la isla de tus deseos"




21) Looking for paradise- Alejandro Sanz ft. Alicia Keys

"I'm singing for somebody like you, sorta like me baby, yo canto para alguien como tú, en la oreja, nena"




22) Hey (Nah neh nah)- Milk & Sugar vs. Vaya con Dios

Just dance.





23) Nos pasa por elegantes- Lucas Arnau

"Nos pasa por elegantes, tratando de ser gigantes, hacemos lo que queremos, volvernos interesantes"




24) By the way- Red Hot Chili Peppers

"Standin' in line to see the show tonight, and there's a light on, heavy glow.. By the way I tried to say I'd be there, waiting for"




25) Losing my religion- R.E.M.

"I tought that I heard you love me, I thought that I heard you sing.  I think I thought I saw you try... But that was just a dream"




26) Unwritten- Natasha Bedingfield

"Staring at the blank page before you, open up the dirty window, let the sun iluminate the words that you cannot find"




27) The scientist- Coldplay

"Nobody said it was easy... It's such a shame for us to part... No one ever said it would be this hard"





28) El costo de la vida- Juan Luis Guerra

"Y la democracia no puede crecer, si la corrupción juega ajedrez"




29) Si tu la croises un jour- Francis Cabrel
(Si algún día la vez- Sergio Vargas)

"Dis-lui que pour elle je donnerais, mon dernier souffle et même celui d'après"
(Dile que estoy dispuesto a dar todo por ella y mucho más)





30) Que no me pierda- Diego Torres

"Que no me pierda en un mundo que no entiende, que ha perdido ya su alma y sentido"





31) Déjame entrar- Carlos Vives

"Déjame entrar en tu mirada, por la ventana de tu corazón"