0 expectativas= 0 desilusiones + N sorpresas


posted by Athenea

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Esa era mi filosofía de vida, hasta que me reencontré con R. y con el paso de los días tuvimos algo. Algo significativo para los dos, pero carente de significado para ambos.  Nos juntamos por varias razones y no permanecimos juntos por esas mismas.

Me bajó una estrella y me hizo varias docenas de rosas en servilletas; rosas que jamás se marchitarían, y una estrella que jamás dejaría de brillar.  Éramos amigos y aún lo seguimos siendo, aunque no tanto como en aquellos días.

Un día, le comenté de mi filosofía de vida: No espero nada de nadie.

Hace muchísimos años me aburrí de esperar cosas de la gente, de esperar que me quisieran, que me hablaran, que me correspondieran. Y decidí que lo mejor sería seguir haciendo mi vida sin importar -ni esperar nada de parte de- el resto de la gente.

Él me dijo que eso no estaba bien.  Que uno debía siempre tener expectativas en las personas y creer en la gente para que la gente le diera lo mejor a uno, y se motivara a hacerlo.  Me dijo que si él no creía en mí entonces cualquier cosa que hiciera iba a ser insuficiente para él.  Que si no esperaba algo de mí entonces yo no iba a darle nada, mucho menos lo que él esperaba.

Yo le dije que igual si a la persona le nacía hacerlo lo iba a hacer, sin necesidad de que la otra persona espere algo. Así me parece a mí que son más lindas las cosas... cuando la gente hace las cosas porque le nacen y no porque es lo que se espera de ellas, como si tuvieran una promesa que cumplir basados en una presión social.

Me dijo que eso estaba mal, que no era así. Así que, por una vez en mi vida, me dije que iba a probar su teoría. Así que esperé cosas de la gente. Esperé cosas de mi familia, esperé cosas de mis amigos, esperé cosas de mi misma, esperé cosas de M.

Y todo el mundo -incluida yo en el montón- me defraudó(é).  Lo que esperé no se cumplió, nadie lo hizo. Ni mi familia, ni mis amigos, ni yo misma, ni M.

Un día puse esa frase en Twitter.  M. la vio y me preguntó que si yo no esperaba nada de él o del "nosotros" de aquellos días. Le dije que sí, que sí lo esperaba, y esperaba bastante. Al parecer esa respuesta lo tranquilizó.

Fui yo la que quedó intranquila con la respuesta que yo misma le di.  Me di cuenta que estaba esperando cosas de él, del "nosotros" de aquellos días, de mi misma y de un contexto que no iba a cambiar.  Me di cuenta que estaba esperando cosas que de antemano sabía que no iba a recibir.

Las cosas con M. terminaron, y me dejan muchas lecciones de vida.  Entre esas, el no volver a esperar nada de nadie.

Que la gente haga lo que le plazca, pero que todo lo que hagan sean sorpresas positivas para mi.  Si no espero nada de nadie no me puedo desilusionar porque no me van a defraudar.  Muy por el contrario, si no espero nada de nadie y hacen algo lindo, será una sorpresa agradable.  Y si no recibo nada, pues no sufriré... porque no esperaba nada de todas formas.

Así que vuelvo a la que siempre fue mi filosofía de vida: 0 expectativas = 0 desilusiones + N sorpresas.

Está abierta para el que la quiera adoptar, aunque no espero que lo hagan. =P

No espero nada de ustedes que me leen, ni de mis amigos de ahora ni de los de antes. No espero nada de M. ni de los hombres-príncipes-sapos que han pasado por mi vida, y no espero nada de los que vendrán. No espero nada de mi familia ni de mis conocidos. No espero nada de mi trabajo. Sólo espero mucho de Dios, porque sé de antemano que Él no me defraudará.

Al final esa filosofía no me sirvió de nada... y como dice la misma tía de R., lo que no sirve, que no estorbe.

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