Volví


posted by Athenea

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A mi casa, a mi cama, a mi blog, a mi vida.

Y volví llena de energía, de espontaneidad, de felicidad y de decisión.

Estos fueron días en los que sí, pensé en ti prácticamente desde que me levantaba hasta que me dormía. Y sí, a veces incluso apareciste en sueños.  Gracias por terminar de exorcizar tú mismo tu fantasma y tu recuerdo. Porque cada pensamiento me alejaba más de ti y del nosotros que fuimos. Porque cada sueño me dejaba más claro que eres parte de mi historia... esa historia que me hace quien soy y que define lo que seré.

Te pensé demasiado, pero te pensé en calma. Te pensé sin sentimientos, te pensé sin rumbo fijo. Me perdí en ti, en nuestra historia, en lo que éramos nosotros. Me perdí en el pasado, me perdí en mi presente, en lo que alguna vez fue nuestro futuro y que ya no lo será más. Me perdí en mis ilusiones y en las tuyas, en mi corazón y en lo que conocí del tuyo, en tu vida y en lo que me dejaste vivir de la tuya.

Y volví.

Volví con la plena certeza de que mi historia contigo fue totalmente diferente a las demás historias de mi vida. Pero aún así, su final es el mismo a todas, y su continuación es inexistente para mi entendimiento. Tal vez no inexistente para mi corazón; pero a ese necio la razón lo calla.

Volví de revivir nuestro nosotros, volví de reconciliar nuestro pasado con un futuro que nunca fue y con otro que ya pasó. Volví de mezclarme nuevamente contigo, de dejar que te sumergieras en mi y de disfrutarnos juntos. Volví de los paseos, las caminadas, las conversaciones, las proyecciones, las ideas y las decoraciones. Volví de los momentos, de las risas, de las lágrimas, de los abrazos y los besos, de tu casa y de la mía.

Volví. A mi presente, a mi vida, a tu ausencia y a la mía.
Volví a quien soy, a quien no era, a quien no seré pero que seré.
Volví a ponerle play a mi existencia, porque la había dejado en pausa esperando por ti; pero mi historia previa me dice que eso no pasará... y aunque pasara, el solo hecho de no esperarte ya marcaría una diferencia; porque no me encontrarías congelada, sino llena de vida para un nuevo tu con una nueva yo.

Volví, a abrirte las puertas y hacer una excepción en mis protocolos sin que lo sepas. La puerta está abierta aunque la creas cerrada, y con eso sabré -y tu también sabrás- si en verdad quieres abrirla. Porque al que llama, se le abrirá. No la abrirás porque sabes que está abierta, sino con la intención y el deseo de ser la llave que abrirá el candado.... y el entrar por una puerta porque sí es muy diferente al entrar por una puerta con determinación.

Volví, a estar vacía para llenarme de mi misma; para que mi vida, mía y sólo mía, tenga sentido.  Porque eso de vivir por y para ti lo dejé en el mar hoy a medio día.

Recogí mi espontaneidad y mis locuras, envolví mi pena y me la guardé en el bolsillo, y dejé que el sinsabor y el miedo se disolvieran entre la sal del mar. Dejé que la inmensidad de la vida me llenara, y que la fuerza de las olas se impregnara en mi piel. Permití que el sol me tiñera de vida mis hombros y mejillas, y que la brisa me recordara lo lindo que es sentir un abrazo cuando se está muerto de frío. Abracé la inmensidad, respiré sal y besé mis labios, porque no necesito a nadie más para sentir lo que sentí.

Me metí al mar vestida, así como fui a dar el paseo. Porque la vida no espera a que uno vaya a ponerse el vestido de baño, ni a que uno se recoja el pelo. La vida está ahí, esperando a que actúes, porque lo vas a disfrutar igual lleves el atuendo que lleves. Y yo, hoy a medio día, decidí vivir mi vida en el momento. Construyendo mi futuro a punta de momentos, haciendo mi camino a punta de pasos pequeños.

Y fui feliz.
Sola, sin vestido de baño, con frío. Pero feliz.

Feliz porque no te necesito. Y porque cuando vuelvas, o cuando llegue alguien más, tampoco lo necesitaré, y eso me hará lo suficientemente fuerte como para apoyarlo en lo que necesite. Porque si te necesito entonces me hago dependiente de ti otra vez, y eso es como la falta de oxígeno para el fuego: la muerte.

Feliz porque me atreví. Así como me he atrevido a seguir enviándote cosas y a sacar todos los sentimientos de mi vida. Feliz porque tomé la decisión. Y a partir de hoy a medio día, tomaré la decisión de ser feliz un día a la vez. Un día a la vez, hasta que sea un hábito, y sea feliz sin tener que decidirlo.

Volví.
A ti, aunque no lo sepas, porque volví al inicio de todo.
A mi, porque me recupero rápidamente, pero poco a poco.
A la vida, porque me había olvidado de ella.
A Dios, porque estoy en Sus manos, y Él me pondrá en el camino que debo caminar.

Volví.

Heme aquí, Señor.

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